A lo largo de nuestras vidas hemos escuchado o leído a otras personas hablar sobre la prosperidad y cómo los seres humanos definimos este estado de satisfacción o bienestar.
Pero, ¿qué es la prosperidad?, ¿Cuál es el significado real de este término?
Para algunos la prosperidad equivale a la abundancia económica, poseer riquezas o los recursos suficientes para poder cubrir todas nuestras necesidades y ¿por qué no muchas otras cosas?
Por otro lado, existe una visión más espiritual sobre la prosperidad, asociada al disfrute de elementos vitales pero no tangibles, como la buena salud, los amigos, el amor, etc. En este artículo nos enfocaremos en el aspecto teórico del concepto de prosperidad, e iniciaremos con la definición del término desde la óptica de la economía: la prosperidad está directamente relacionada con una simple medida comúnmente llamada el PIB o Producto Interno Bruto.
El PIB es una medida utilizada globalmente para definir el progreso de una nación o de sus habitantes. El PIB reúne el valor de todos los bienes y servicios de la economía, tanto de los que consumimos en nuestros hogares, como de los gobiernos y negocios.
En un contexto más general, la prosperidad es un estado social que se caracteriza por la buena fortuna, el éxito y el florecimiento económico. De tal manera que la prosperidad a menudo se relaciona con la riqueza.
Actualmente, está de moda medir el éxito de las personas por los resultados financieros que generen estas, y es por ello que muchas personas anhelan tener riquezas y dinero en abundancia, pensando que estos los hará ser más felices y exitosos.
En el mundo físico hay abundancia, pero eso no quiere decir que todo el mundo posee la capacidad o la destreza para volverse millonario. El solo deseo no te hará convertirte en un hombre rico.
Generar riquezas requiere de esfuerzo, disciplina, sacrificios y una enorme cantidad de energía personal. Si deseas tener dinero, establece metas y objetivos realistas y crea una estrategia para lograrlos. Comprende que todos tenemos dentro de nosotros las herramientas para poder lograr lo que queremos, solo debemos descubrir cuál es nuestra auténtica expresión de vida.