¿Pueden las religiones ser complemento una de la otra? ¿En qué momento “se abrazan”? ¿Realmente se oponen preceptos?
Esa respuesta, mi respuesta, la quiero compartir con ustedes. Como un ejercicio o la reflexión que me ha ayudado a comprender, desde el corazón, que aunque la teoría exprese muchas veces definiciones antónimas, siempre hay elementos comunes, y oportunidades infinitas de encuentro, cuando el hombre es el protagonista, porque es el Ser Humano, sin importar religión, raza o color, el que da sentido a su vida, el que busca y encuentra.
Esta frase de Deepak Chopra me ayuda a introducir algunas consideraciones que el Budismo y el Islam plantean acerca de la FE:
“La fe ciega y la incredulidad ciega tienen algo en común, a ninguna de las dos les gusta que las pongan a prueba.”
Para el budismo no hay "fe ciega", solo un grado de confianza, sobre todo en el logro espiritual de Gautama Buda. La fe en el budismo se centra en el entendimiento de que Buda es un ser consciente de su papel como maestro superior, en la verdad de su Dharma o enseñanzas espirituales y en su Sangha, comunidad de seguidores desarrollados espiritualmente.
La fe en el budismo puede resumirse como la fe en las Tres Joyas: el Buda, el Dharma y la Sangha. Su intención es llevar a la persona a la meta de la iluminación o bodhi y el Nirvana. Volitivamente, la fe implica un acto firme y valiente de la voluntad. Combina la resolución firme que una sola persona hará algo con la confianza en sí mismo de que lo puede hacer.[1]
En el Islam, la fe de un creyente, en los aspectos metafísicos del Islam se llama "Imán", es la entrega completa o sumisión a la voluntad de Dios, incuestionable o creencia ciega. Un hombre tiene que construir su fe sobre convicciones muy bien fundadas, más allá de cualquier duda razonable y por encima de la incertidumbre. De acuerdo con el Corán, el Imán debe ir acompañado de acciones de bien y los dos juntos son necesarios para la entrada en el Paraíso.
El Profeta Mahoma se refirió a los seis artículos de la fe en el hadiz de Gabriel: "Imán es el que usted crea en Dios y en sus Ángeles, en sus libros y en sus mensajeros y en la otra vida y en la buena y mala fe."[2]
Al colocar estos conceptos, que parecen oponerse en sus principios, la cualidad que debemos resaltar no es precisamente la diferencia, ni mucho menos cuestionar o, como dice Chopra, poner a prueba. Es tomar lo mejor de cada una, porque estas religiones encierran una enseñanza fundamental que, si no las hace semejantes, sí las aproxima en un encuentro de Fe:
Lo primero, como muy bien lo define el Budismo, es Confiar. Un acto humilde, firme y valiente de la voluntad. Confiar en la capacidad que tenemos y en lo que podemos lograr con nuestras capacidades.
Y, lo segundo, la Convicción que para el Islam debe prevalecer, para construir la fe, Y esto es no dudar, aún por encima de la incertidumbre construir, sumar, con acciones de bien.
Confiar y no dudar. Porque poner a prueba la fe es descartar tu capacidad para construir y hacer el bien.
[1] The Way of Wisdom The Five Spiritual Faculties by Edward Conze
[2] El Coran 9:24