En una cultura cooperativa, las personas han de aceptar y favorecer que los otros tengan la oportunidad de alcanzar bienes, servicios y logros de la misma calidad de aquellos a los cuales los primeros acceden. De allí la importancia de tener en cuenta estas 8 ideas sobre la cooperación y la competencia:
La competencia y la cooperación representan dos polos diferentes para el éxito de objetivos, en lo que se refiere al logro de algún objetivo que implique la participación de una o varias personas.
Los ecologistas del comportamiento creen que la cooperación surgió como una estrategia competitiva, debido a que las personas capaces de comportarse de manera más cooperativa son más capaces de obtener ventajas en la competencia con grupos que demuestran ser menos cooperativos.
En las sociedades modernas existen señales de reputación que son esenciales para ayudarnos a aplicar nuestro buen comportamiento dentro de nuestros diferentes ámbitos, así como también para detectar comportamientos problemáticos en terceros.
Una de las debilidades de los sistemas sociales cooperativos son los free-riders, esas personas que se benefician de los esfuerzos de otras sin hacer ninguna contribución sustancial propia. En diferentes culturas y sociedades, estas actitudes nos hacen sentirnos ofendidos, predisponiéndonos a señalar, culpar y tomar represalias para lograr sentir justicia.
La cooperación y la competencia son dos elementos que definen nuestra pertenencia a un grupo.
La cooperación se fundamenta en el respeto mutuo de las personas que participan en ella, en búsqueda de alcanzar un objetivo o lograr un beneficio común. El valor de la cooperación reside en reconocer la importancia de cada persona, con generosidad y sinceridad.
La competencia, cuando es bien conducida, nos ayuda a avanzar y a ser mejores seres humanos.
Trabajar en equipo es una oportunidad para lograr el mejor resultado. Reconocer que cada ser humano tiene cualidades únicas que puede aportar para resolver una situación, nos hará más responsables y solidarios, menos egoístas y más inclusivos.
En un mundo interrelacionado, sólo la cooperación, la tolerancia, la aceptación de la libertad y la igualdad esencial entre las personas, pueden dar un futuro pacífico y provechoso para el grupo y la humanidad.
