Hay una frase popular anónima que reza:
“Un amigo cruza los dedos cuando tienes que hacer algo difícil y sonríe cuando lo logras”.
Si es un familiar muy cercano o un amigo de verdad, sincero, que respeta tus decisiones y te apoya en cada paso que das para alcanzar el éxito, tendrás un aliado incondicional para lograr lo que te has propuesto.
Este mes hemos estado conversando sobre el éxito, qué es y cómo conquistarlo, sobre la importancia de entrenar tu mente y prepararla para obtener lo que siempre has deseado, bien sea en el aspecto mundano o en el espiritual. Nadie nace aprendido y en el andar de la vida, tendremos tropezones de distinta magnitud: habrán resbalones, simples caídas o desmoronamiento total, que nos obligarán a levantarnos una y otra vez.
Hay quienes se paran con más rapidez, otros con más lentitud y hay quienes no desean levantarse, esperando que venga una “mano amiga” a recogerlo y alzarlo en peso. Al final de cuentas, en la vida todo es cuestión de actitud, incluso el éxito.
El filósofo alemán Friedrich Nietzsche decía “Lo que no me mata, me hace más fuerte”.
¡Esa es la actitud! Salir adelante y airoso a pesar de las adversidades. Pero para mantener el paso firme y constante hay que analizar nuestro entorno y determinar qué cosas o quiénes pudieran estar retrasando, o en el mejor de los casos, empujándonos para llegar a la meta. Lo ideal es rodearnos de gente positiva, que nos aporte, que nos ayude a crecer, y alejarnos de la gente tóxica que nos reste, nos critique o genere demasiado ruido a nuestro entorno, esa que se queja todo el tiempo y vuelca sobre nosotros sus problemas, pero no es capaz de hacer nada para cambiar su situación.
De allí que recomendamos quitarle todo poder a lo que te perturbe, así venga de tu entorno más cercano, más íntimo, pues si no existe en tu mente, no existe en tu vida.
La fábula anónima “Las dos ranas y el pozo” nos deja una interesante enseñanza: La palabra tiene poder de vida y muerte. Si damos una palabra de aliento oportuna a alguien que está en desgracia, seguramente ayudaremos a levantarlo; pero si la palabra es demoledora y la ofrecemos a esa misma persona que está en infortunio, podemos desanimarla e incluso destruirla.
Por eso debemos rodearnos de personas especiales, esas que tienen tiempo para animar a otros en su carrera al éxito.
La investigadora Kayla Guo escribió acerca de la influencia que familiares y amigos pueden tener sobre nosotros y al respecto ha dicho que “padres y amigos generalmente juegan un rol en la configuración del comportamiento y creencias de un individuo, bien sea a través de las expectativas de los padres o de la presión de los amigos”, y esto se refleja particularmente en los adolescentes –grupo etario más vulnerable a los impactos positivo o negativo–, porque en esta etapa de la vida están desarrollando el sentido de pertenencia, dependencia y muchas veces afianzando el miedo al rechazo por parte de sus similares.
La interacción humana y la socialización forman parte del proceso de desarrollo – formación – madurez del hombre. En el transcurso, cada individuo afina el sentido de seguridad en sí mismo y el de independencia.
“Prefiero caminar con un amigo en la oscuridad, que caminar solo en la luz.” - Helen Keller
Hay factores naturales o de crianza que inciden en nuestra formación. Los primeros son aquellos con los que uno nace, mientras que los segundos incluyen la manera como uno es moldeado por la familia, los amigos y el ambiente.
La psicóloga Stacey Max explica que "puedes nacer en una familia donde todo el mundo es extrovertido y tú eres introvertido. Naces con cierto temperamento, pero luego ciertas experiencias y personas alrededor tuyo te darán forma, y esa es la parte de la crianza", aunque es en la adolescencia cuando el individuo empieza a experimentar en la creación de su propia identidad. De hecho, la rebeldía de la adolescencia, que es exhibida por algunos adolescentes pero no por otros, depende de la personalidad, así como del ambiente familiar en el que se ha criado.
La profesora de psicología Jenna Breuer, agrega que la naturaleza da paso a la crianza a medida que los niños comienzan a madurar e interactuar con los demás. La familia siempre será el primer referente, el primer agente de socialización y cómo el individuo tiende a relacionarse con sus iguales o similares, entonces tenderá a estar más abierto a la influencia de compañeros y amigos.
“Comenzamos a crear nuestro propio sentido del ser al estar expuestos a nuevas personas y cosas”, según Breuer, para quien es difícil evaluar la influencia de la familia y los amigos de manera independiente porque ambos trabajan en conjunto y de manera constante.
También hemos escuchado a la trabajadora social Jennifer Polisky, quien ha dicho que la influencia inicial de la familia puede afectar la elección de amigos, aunque posteriormente los adolescentes comenzarán a confiar más en sus amigos para la toma de decisiones del día a día, que en sus familiares.
Eric Crabtree-Nelson, trabajador social clínico, cree que la familia puede hacer que la rebeldía sea más prevalente si los padres no están dispuestos a escuchar lo que el adolescente tiene que decir. "Muchos padres quieren que las cosas se hagan a su manera y cuando se trata de un adolescente tratando de forjar su propio camino, allí es cuando el conflicto puede crear un montón de argumentos, dando lugar incluso a algún tipo de violencia familiar".
El psicólogo Andrew Hoffman, nos ha manifestado que las relaciones con los compañeros y la familia pueden mejorar en el tiempo, dependiendo en gran medida de qué tan fuertes fueron esas relaciones antes de la etapa tumultuosa de la adolescencia. “Las personas que están más dispuestas a comunicarse y entender la perspectiva del otro, tienden a tener una mayor oportunidad de mejorar sus relaciones; mientras que aquellos que no estén abiertos a la comunicación, pondrán en riesgo sus relaciones con familiares y amigos”.
Jenna Breuer agrega que la presión para seguir las normas sociales será necesaria para que una persona tenga éxito. "Definitivamente, es la forma de lidiar con la presión de los amigos”.
“La palabra presión implica que la persona se ve forzada a tomar decisiones." - Jenna Breuer
Hay quienes sucumben a la presión y lo hacen porque son personas inseguras de sí misma, que normalmente dependen de otros para todo.
Las expectativas de amigos y familiares pueden ser abrumadoras, pero también pueden motivar y guiar el desarrollo de los adolescentes hacia el camino correcto.
"Creo que la familia y los amigos a menudo tienen una influencia positiva en las cosas. Hay una razón por la cual la familia es nuestro mayor influenciador en torno a las cosas, y aunque mucha gente se molestaría que sus padres tengan grandes expectativas hacia ellos, también es un beneficio tener padres que realmente quieren lo mejor para sus hijos." - Crabtree-Nelson
Si tienes hijos pequeños o adolescentes, esfuérzate para que desarrollen una comunicación fuerte contigo tanto como sea posible; esto generará confianza mutua y comprensión. No podemos imponer a nuestros hijos una vida que no les pertenece y que seguramente los desviará del éxito.
Incúlcales valores para que sean capaces de tomar decisiones y asumir responsabilidades, sin miedo, desde la más tierna edad, incluso que tengan la determinación para alejarse de quienes consideren personas tóxicas. De sus decisiones y no de sus circunstancias, dependerá su éxito y su felicidad futura. En algunos casos, nosotros no podemos controlar todo lo que sucede en nuestras vidas, pero sí podemos controlar cómo responder ante lo que nos sucede.