Una pérdida puede generar cambios que marquen nuestra vida. Las decisiones que tomes a partir de ese momento determinan un futuro. Esa persona que ya no está, el proyecto que se canceló, el ascenso que no obtuviste o el empleo del que te despidieron, no es solo algo que superar, es también el inicio de un camino del que tendrás que decir cómo quieres transitar o culminar.
Hasta ahora he insistido en ayudarte a ver la pérdida como una experiencia de vida. Una oportunidad para evaluar lo que somos, lo que amamos y hacia dónde queremos ir. Ahora te invito a que seamos más específicos y pensemos en ese proceso dentro de nuestra carrera. A fin de cuentas cada aspecto de nuestra existencia está relacionado con los otros en un fino e indestructible lazo. Así que una pérdida en tu trabajo te afectará en casa y viceversa, por colocar un ejemplo.
Decía Ghandi que “la vida es un todo indivisible”.
¿Hay áreas del mundo empresarial que no siempre están en nuestras manos. Las condiciones económicas del país, un cambio de gobierno, una fusión, una caída del mercado bursátil, etc. No dependen de nosotros, pero pueden acarrear pérdidas como despidos, transferencias a otra posición, ascensos u otros movimientos.
La pérdida es fundamental para la vida. Aunque no nos guste hablar de ello, es una experiencia que todos compartimos.La coach de liderazgo Julie Boyer, asegura que “la pérdida no es un pozo de incomodidad (aunque en algunos momentos puede sentirse así), sino más bien como una encrucijada” y ese cruce de caminos nos lo topamos muchas veces en nuestro desarrollo profesional planteándonos preguntas como ¿Qué pasó? ¿Cómo he cambiado? ¿Qué estoy dejando atrás? ¿Quién soy ahora? ¿Qué es importante? ¿Y qué nuevo propósito o acción me está llamando?
Tú y tu experiencia de pérdida son tesoros que no deben ser ignorados. Estos son algunos consejos que pueden ayudarte a ver la pérdida como un nuevo comienzo:
1. Elige tu punto de vista. La forma en que mires tu pérdida importa mucho. El significado que le des será el mapa de tu viaje. Si la aprecias como una puerta abierta a las posibilidades verás una oportunidad para construir lo que quieres en un nuevo empleo o posición. Hay preguntas claves que te pueden ser útiles: ¿Qué tal si esta experiencia me fue dada para servir de manera más efectiva?¿Cuál sería el mejor resultado posible que puede surgir de esta experiencia desafiante?
2. Siente tus emociones. Una cosa es tener una actitud positiva y otra reprimir nuestras emociones. Que encares la pérdida como una oportunidad no anula lo que están sintiendo. Boyer da dos consejos para sentir tus emociones: enfocarte en las sensaciones sin juzgarlas (son una expresión natural de tu ser) y hacer lo que te relaja y te haga sentir lo suficientemente seguro para dejar ir (leer, meditar, cantar, pasear, comerte un helado, tomar vacaciones, etc.).
Boyer recomienda que si el proceso se te hace abrumador, no dudes en buscar ayuda profesional. Haz cualquier cosa que te ayude a trabajar los sentimientos que están presentes en este importante momento de tu vida.
3. Reflexiona. Una vez que tengas un contexto positivo para tu experiencia necesitas tiempo y reflexión para completar tu trayecto y salir con mayor fortaleza. Tómate un día para ti. En la playa, el campo, un lugar que te ayude a despejarte. Es momento de buscar lo que se puede aprovechar de esta experiencia. Estas preguntas pueden guiarte:
¿Qué tiene de importante esta experiencia?
¿Qué tal si es hora de dejar ir?
¿Qué debo dejar ir?
¿Está mi vocación cambiando?
¿Qué nueva dirección me está llamando?
¿A qué debo comprometerme para avanzar?
Las respuestas a estas preguntas son muy personales. Son un encuentro contigo mismo en el contexto de tu pérdida, tu carrera, tu vida.
4. Se paciente. No fuerces un resultado o una percepción. Recuerda que no todo en el entorno laboral depende de ti y que las emociones tienen su propio ritmo. Saborea tu proceso con gran respeto a ti mismo y por lo que te está pasando.
Si deseas llevar un registro de tu experiencia tomando nota en un diario o sencillos apuntes, verás cómo evolucionas en tu proceso, los cambios que vas tomando y cómo fluyes en las decisiones que tomas. Te darás cuenta de cómo la pérdida sirvió para construir algo nuevo, para iniciar un nuevo camino.