Tomamos decisiones a cada instante. La mayoría de ellas sin detenernos a pensar. Pero llegan momentos en nuestra vida personal o laboral donde lo que está en juego es de tal importancia que el proceso para decidir un rumbo debe ser meditado y pensado con cuidado. ¿Qué herramientas usas para definir tus acciones? ¿Pones en una balanza tu intuición con los datos racionales?
Corazonada, pálpito o sexto sentido, son algunas de los nombres con los que nos referimos a la intuición. Todos lo hemos experimentado. Esa sensación de certeza sobre un asunto que no sabemos con precisión de dónde proviene, pero que nos orienta hacia dónde dirigirnos.
Una encuesta realizada entre Presidentes Ejecutivos de empresas y dirigida por un profesor de la Universidad de Harvard arrojó que 85% de ellos aseguró que se dejaban guiar por la intuición para tomar decisiones. Fue lo que le respondió Micky Arison, cuando le preguntaron cómo decidió la transacción en la que Carnival, la mayor empresa de cruceros del mundo, compró a Princess Cruises por más de $5.400 millones.
“Confía en tu instinto” es una de las reglas para decidir que contempla el expresidente ejecutivo de Lenovo y una lección que aprendió el empresario Gustavo Cisneros, tras el fiasco de aliarse con AOL.
Coincido con el gurú Sri Sri Ravi Shankar, quien asegura que la intuición “es el proceso de ser guiado por un instinto o sensación que nos dice algo más allá de la comprensión de la mente lógica”.
Sin embargo, aunque es algo que está dentro de nosotros, no siempre le sacamos todo el provecho que deberíamos. Es donde nos preguntamos ¿la intuición es un don? O ¿es posible desarrollarla?
Modesto Maidique, profesor de la Escuela de Negocios de Harvard e investigador del tema de la toma de decisiones afirma que la efectividad de las decisiones intuitivas radica en dos frases: “Conoce tu negocio” y “conócete a ti mismo”.
En otra ocasión hablaremos de conocer el negocio. Me interesa enfatizar la importancia del conocimiento de uno mismo y cómo contribuye a que afines tu intuición. Necesitamos entrenarnos para escuchar esa "voz interior".
La docente e investigadora Elaine de Beauport explica que el proceso intuitivo “implica la recepción de información, pero de una recepción diferente de aquella involucrada en el pensamiento racional” y una de las formas de desarrollarlo que propone es la auto observación. Es detenerte a observar tus pensamientos, emociones y tu comportamiento. Al enfocarte en tu vida interior con prácticas como la oración y la meditación, puedes sintonizar con ese conocimiento dentro de ti al que quieres acceder.
Te recomendaré incorporar a tu vida las siguientes prácticas para que se afine tu intuición. Estúdialas, adáptalas y aplícalas:
* Cree en algo más de ti mismo. Tener un sistema de creencias te permite tender un puente a horizontes más lejanos. Conéctate con lo infinito.
* Dale la oportunidad a la corazonada. Empieza a probar y a confiar en tus pálpitos. No tienes que aferrarte a la rutina. Valora ese mensaje que viene de tu interior.
* Relájate. Entrena tu mente y tu cuerpo para estar tranquilo en las situaciones que puedan generarte tensión nublando tu capacidad de decidir. La respiración consciente es muy útil para esto.
* Ora. Es la forma de conectarse con ese algo mayor a ti mismo que mencioné hace rato. Puedes basarte en una oración de tu preferencia, algún pasaje de los libros sagrados o dejar fluir tus peticiones y agradecimientos con tus propias palabras.
* Medita. Deja pasar… Encuentra una posición cómoda, deja pasar ideas, pensamientos, imágenes, deja que tu mente se valla poniendo en blanco y prepárate para recibir.