En los tiempos que corren hay cada vez más personas interesadas en lo que antes parecía reservado para los templos y los lugares sagrados. En las décadas recientes la humanidad transita un reluciente camino de avances tecnológicos, pero aunque podamos conectarnos en segundos con alguien al otro lado del planeta, se ha vuelto más frecuente la búsqueda de entrar en contacto con algo más allá de nosotros mismos, con una realidad más amplia y relacionada con nuestro sentido de existencia.
Hablamos de la persecución de una espiritualidad que ya no reside en lugares específicos y que cada persona puede encontrar, explorar y expandir. Es un proceso en el que estamos muchos. Es una constante transformación espiritual.
Este recorrido puede darse dentro de la misma religión en la que creciste o, en caso contrario, en reacción a esa tradicional forma de conectarte con lo divino. También puede darse el caso de que sea algo a lo que nunca habías prestado atención y sientas que ahora es momento de darle un espacio a tu vida, incluso fuera de una organización religiosa.
Visto de esta manera, podemos decir con el psicólogo Benito Barbero, que “la espiritualidad es la aspiración profunda e íntima del ser humano de lograr la integración de su ser con la realidad más amplia que el sí mismo, logrando conectar, trascender y dar sentido a la existencia”.
Entonces la transformación espiritual es caminar para darle espacio a una forma diferente de ver la vida más allá de lo material. Este proceso puede comenzar repentinamente con un evento trágico en la vida o puede ser un desencanto gradual con los valores de la sociedad en la que vives. Pero inevitablemente es algo que está en cada ser humano, puesto que todos somos seres espirituales, así como somos seres físicos, emocionales, mentales, estemos conscientes de ello o no.
Mi invitación es a que explores esa área de tu vida. Para ello te daré algunas pistas que te pueden guiar en ese recorrido. Podrías sentirte como que estás perdiendo el control de tu vida e incluso cuestionar tu identidad o estar traicionando las tradiciones de tu familia, pero todo ello es la manifestación de una zona de comodidad y la inquietud que sientes por salir de ella hacia un terreno que antes te era extraño. Imagínalo como un paseo en bicicleta. En el camino habrá trechos llanos donde se puede pedalear con suavidad, pero también trayectos empinados donde se requerirá un esfuerzo extra. Sin duda alguna encontraremos bajadas donde los pedales se paralizan y sentiremos el viento fresco en nuestra cara.
Quiero insistir en algo importante. Este proceso del que comentaremos en las siguientes publicaciones no es sobre un cambio de religión, sino de una invitación a que hagas consciente la parte espiritual de tu vida y le saques provecho al impactar a tu familia, tu lugar de trabajo y la sociedad donde te desenvuelves. No soy un gurú, así que no tengo todas las respuestas, pero la información que compartiré debes valorarla dentro de tu contexto personal.
¿Cuándo es el momento de una transformación espiritual?
¿Cómo descubrirlo?
Hay muchas señales a las que puedes prestar atención. Una vida agitada, exceso de horas de trabajo, problemas de salud constantes, incomodidad con la forma en que reaccionas a situaciones cotidianas, desilusión por cómo evolucionan algunos aspectos de tu vida o de la sociedad. Ese es solo un pequeño catálogo, al que podríamos añadir, el hecho de que te hagas preguntas acerca de tu propia existencia, de lo que hay más allá de ti, de un ser superior y cómo conectar con él.
La aventura de explorar la espiritualidad tiene un solo boleto de ida y vuelta a un mismo destino: tú mismo.