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La fuerza es la unión


Si realmente supiéramos la importancia de trabajar en equipo, de lograr consensos, de escuchar a todos y sacarle provecho a sus experiencias, seguramente la realidad de muchos de nosotros fuera distinta. Todos conocemos familias exitosísimas y cuando les preguntas a qué se debe, la respuesta es sencilla: unión y cooperación.

¿Sabes por qué los gansos cuando vuelan lo hacen formando una V? Porque de esa manera la bandada aumenta en por lo menos 71% su poder, que si cada pájaro lo hiciera solo. Cuando cada ganso bate sus alas produce un movimiento en el aire que ayuda al que va detrás de él y cada vez que un ganso se sale de formación, siente inmediatamente la resistencia al aire y se da cuenta de la dificultad de hacerlo solo, por eso regresa a su sitio para beneficiarse del poder del compañero de adelante.

Cuando el líder de los gansos se cansa, se pasa hacia uno de los puestos de atrás y otro ganso toma su lugar, pues saben que obtienen mejores resultados si se turnan los trabajos más difíciles. Los gansos que van detrás graznan para alentar a los que van adelante y mantener la velocidad, es decir, se dan aliento.

Cuando un ganso se enferma o es herido por algún disparo, otros dos se salen de la formación y lo siguen para ayudarlo y protegerlo. Lo acompañan hasta que el ganso se recupera o hasta que muere. Solo después, los dos acompañantes vuelven a la bandada o se unen a otro grupo. Unión y cooperación.

Hoy nos queremos referir al último gran valor de los mencionados por el conferencista Álex Rovira en su libro “Los siete poderes”: Unión y cooperación. Rovira, ha dicho que cualquier poder, si no se basa en la unión, es débil. “Sin cooperación no hay progreso ni prosperidad”. Pues los gansos sí que lo saben.

Él plantea que a la hora de relacionarnos con el otro, sea una pareja, la familia, los compañeros de trabajo o con mandos o personas que tienen autoridad moral o funcional, no sirve de nada la relación tóxica, el insulto que es tremendamente contraproducente, la presión innecesaria, la humillación o el acoso moral.

“Aquellas personas que dicen que sometiendo al otro y tratándolo con un exceso de presión rinde más, generan el espejismo de la eficiencia a corto plazo, están poniendo probablemente un combustible de alto octanaje a un motor que a largo plazo no lo va a soportar, la curva de rendimiento a corto plazo puede ser explosiva, pero esa persona apretará y por lo tanto la disfunción a largo plazo será extraordinaria”.

¿Qué está planteando con esto? Que es mucho más inteligente buscar la aproximación basada en el que si tú estás bien, yo estoy bien y no en el sometimiento.

Basar tu éxito en el éxito de los demás, le dará un sentido de contribución a tu trabajo, negocio, actividad económica y hasta tu relación familiar. Es la satisfacción que genera el saber que hay alguien que vive mejor gracias a ti.

Si tu trabajo te hace ganar dinero suficiente para cubrir tus necesidades básicas; te permite crecer profesional y personalmente; si lo disfrutas haciéndolo y además sientes que tiene sentido lo que haces, que hay alguien que vive mejor gracias a ti, seguiste el camino correcto.Para muchos es difícil alegrarse de los triunfos ajenos porque hay una mentalidad de escasez que nos ha sido inculcada desde que éramos niños. Sólo puede ganar uno. Allí tenemos la competencia. Hay que romper ese paradigma y vivir en una mentalidad de abundancia. El truco está en identificar cuál es tu sistema interno de valores y pelear por la integridad y coherencia del mismo. No es competir, es cooperar; no se trata de ser el mejor, se trata de ser diferente.Y cuán importante es reconocer al otro, valorarlo, respetarlo, considerarlo e involucrarlo porque todos necesitamos ser reconocidos positivamente, pues muchas de las disfunciones que observamos en las relaciones interpersonales, no se generan de manera consciente, ya lo dijimos, están introducidas desde la infancia.Todos, o por lo menos la mayoría de nosotros, hemos tenido que enfrentar comportamientos agresivos de adolescentes, los que llamamos rebeldes sin causa. Si te preguntas por qué ocurre, la respuesta no es “es que está en la edad”. No. Ese adolescente, inconscientemente está llamando tu atención para que lo reconozcas, lo ames, lo atiendas, los consideres, lo escuches, lo apoyes, porque te ama y porque tú eres su referente. La rebeldía tiene un fin: llamar la atención del padre o la madre que están ausentes por equis razón.Por eso es mucho más inteligente buscar la aproximación basada en el que si tú estás bien, yo estoy bien. En esto coinciden Rovira y el escritor y conferencista Stephen Covey, quien en su libro “Los siete hábitos de la gente altamente efectiva” habla de la sinergia: el todo es más que la suma de sus partes. Ya lo recogimos en la frase de Oscar Wilde que citamos arriba.

Covey hace hincapié en trabajar permanentemente sobre la relación ganar – ganar porque procura el beneficio mutuo en las interacciones humanas, porque todos los acuerdos o soluciones son satisfactorios para todos y cuando todos se sienten bien por la decisión que tomas, existe compromiso con tu plan de acción.La relación ganar – ganar ve la vida como un escenario cooperativo y no competitivo porque hay mucho para todos y porque tu éxito no se logra a expensas o excluyendo el éxito de los otros. Se trata de un éxito mejor, de un camino superior.La competitividad debe quedar reducida a tu propio yo. Rovira explica que ella es necesaria para lograr tu excelencia, para competir contigo mismo, no con otros; el objeto de competencia tienes que ser tú, no otros, porque siempre que te compares vas a perder. “En realidad, lo importante muchas veces no es ser el mejor sino ser distinto. La comparación tiene que servirnos para dotarnos de excelencia, pero no para destruir al otro y sobre todo, los equipos son fuertes, crecen, cuando no hay narcisismos, cuando no hay vanidades, cuando no hay luchas codo a codo, sino codo con codo que nos permita superar la adversidad, el reto, la crisis”.

¿Ya vas entendiendo de qué va la cosa? En la unión está la fuerza. Equipos de trabajo unidos, satisfechos, son equipos de trabajo exitosos. Familias unidas son familias exitosas.

Confiar es importantísimo. Rovira explica que “Si yo soy confiable para ti y tú eres confiable para mí, nos comprometeremos y de ese compromiso inevitablemente nace la calidad. No puede haber calidad sin compromiso, pero no puede haber compromiso sin confianza. La confianza es binaria, no admite grados, o confiamos o no confiamos. La lógica de la cooperación nace de la lógica de la confianza y a la vez ésta nace del trato que le puedes dar a ese ser humano porque confías en él, porque cooperas con él y porque se convertirá en lo que está llamado a ser”.

El coach no duda en señalar que los estilos más colaborativos son los mejores para crear un buen ambiente laboral porque los equipos funcionan mejor cuando se les apoya que cuando se les coacciona. El líder ha de ser siempre un movilizador de voluntades que convenza y se adhiera a su equipo desde las emociones.

Covey también dijo que la sinergia como principio de cooperación creativa, es la que permite abrir mentes y corazones a nuevas posibilidades y que cuando existe comunicación real o sinérgica, se experimenta una sensación de entusiasmo, seguridad y aventura y se confía en que todo será mejor después del proceso. Como las partes implicadas obtendrán más comprensión, el estímulo de ese aprendizaje creará un mayor compromiso.Las personas verdaderamente efectivas tienen la humildad y el respeto necesarios para reconocer sus propias limitaciones y apreciar los recursos que ponen a su disposición la interacción de otras personas. El hábito de la sinergia nos explica en pocas palabras la cooperación creativa y el trabajo en equipo, ya que las personas con mentalidad ganar – ganar, que saben escuchar con empatía, pueden aprovechar sus diferencias para crear opciones que todavía no existían.

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